dimarts, 14 de maig del 2013

PÉRDIDA DE VOLUMEN GLACIAL



Este gráfico muestra el volumen de hielo en el Ártico de 1979 a 2012.
En el año 1980, el volumen mínimo era algo menor de 14700 km cúbicos. La línea roja que marca los mínimos señala claramente que casi el 80% de ese volumen había desaparecido tan solo 33 años después.
La tendencia de la gráfica es clara; cualquier extrapolación razonable de los datos indica que llegaremos al volumen cero antes del año 2020. Esta pérdida no tiene precedente alguno en los últimos 2000 años, y posiblemente tampoco antes.

Básicamente, lo que resultará de esta nueva situación será un incremento de la luz del Sol absorbida por los océanos, cosa que añadirá aún más energía (calor) al caótico sistema que llamamos atmósfera, lo que dificultará todavía más la predicción de grandes acontecimientos meteorológicos, así como el establecimiento previo de patrones climáticos: habrá variabilidad extrema y los fenómenos serán más difíciles de predecir. Lo que nos depara el futuro, al parecer, serán más tormentas y más severas; inundaciones, sequías y otros extremos. Se encarecerá la agricultura, y será más arriesgado vivir de ella, así que las poblaciones más vulnerables de territorios marginales empeorarán su situación. Es más que probable que la zonas habitables del planeta se reduzcan, haciendo que la superpoblación que (ya) sufrimos tenga cada vez peor remedio.
 Creo que no hay una sola voz autorizada que no saque estas conclusiones de los datos de los que ahora mismo disponemos. 

Siempre me he preguntado qué haría la humanidad si todas esas historias apocalípticas de ciencia ficción se hicieran realidad. Ahora que está pasando, observo tres grupos.


     * Una minoría, incluyendo a prácticamente cualquiera que estudia el clima o la biosfera, que está profundamente afectada por lo que ellos y ellas creen que debe ser una llamada urgente al cambio local, económico, regional y geopolítico.

     * Una minoría influyente que opta por crear espejismos y por la ignorancia acordada, insultando a todo aquel que presente datos sobre la situación y produciendo propaganda "anti-clima", esto es, ridiculizando o tachando de conspiración cualquier estudio serio y riguroso sobre el tema. Por supuesto, los accionistas que se sienten amenazados por un hipotético cambio de mentalidad adoran e incluso financian a este grupo.

     * La gran mayoría de la gente, que o no tiene posibilidad real o no les da la gana de invertir el mínimo esfuerzo en entender la gravedad del asunto. Las implicaciones de lo que está pasando en el planeta pueden no estar a la vista hoy, pero también suele darse el caso de que la gente prefiera no verlas; la tradición, el tribalismo o la santa ignorancia, en resumen, no son difíciles de encontrar tapando la realidad. Puede ser que el miedo juegue un papel también y que hacer el avestruz sea una actitud aceptable para muchos. Nuestra frágil situación puede resultar espantosa a primera vista. Quién quiere, al fin y al cabo, que le recuerden constantemente que los árboles no le dejan ver el bosque? O era al revés? La idea de fijarse en the big picture no parece demasiado atractiva para la mayoría. Es comprensible a cierto nivel, pero si así es como la humanidad va a enfrentarse a los grandes retos que nos esperan, entonces estamos jodidos.

Aún y así, creo que es posible que estemos inmersos en una de las primeras etapas de lo que será una concienciación global mayor, así que el mensaje de la ignorancia debería parecer, poco a poco, año tras año, cada vez más ridículo. Seguramente lleguemos a ese punto, pero va a ser un camino lleno de piedras. Sería fantástico si no fuéramos nosotros los que las ponemos ahí.
También me parece que cuanto más hagamos por la concienciación en un contexto social normal, mejor. Alejarnos de los debates polarizados y espectaculares que llevan a cabo activistas, organizaciones y grupos interesados económicamente en el meollo y observar la realidad de manera razonable y razonada. El futuro va a ser muy diferente al presente, para todas y para todos, sea donde sea que vivamos del planeta, y ahí está el mensaje. El rol de nuestra huella en el clima tendrá que convertirse en un tema de conversación a diario antes de que la mayoría de personas se den cuenta de que debemos cambiar muchas cosas de nuestra vida para desacelerar la destrucción.

Parece justo asegurar que somos en última instancia responsables de darnos cuenta, de comunicar y vivir de acuerdo con lo que sabemos, y de animar a otros a hacerlo también. Preferiblemente complicándole las cosas a aquellos que pretenden demonizarnos.

Si eres de los que ya hace algo, gracias.
Si eres de los que quieren hacer más, buena suerte.




Fuetes:
Piomas (Polar Science Center)
Up (Bob's Blog)